Vale la pena pensar en la integridad, validez y certeza de los planteamientos. La vida universitaria, contrario a lo que parece, nos enfrenta a situaciones donde los hechos académicos, de formación y responsabilidad, quedan al margen. No obstante, debemos convivir con esa situación.
Mediante la anterior reflexión, pretendo introducir algunas inquietudes sobre comentarios falaces que leí en un pronunciamiento hecho por el representante docente Luis Fernando Marín Ríos, a propósito de la presentación oficial del proyecto de Estatuto de Propiedad Intelectual, ante el consejo Académico.
En dicho documento, el profesor Marín, carente del concepto de TERCERA MISIÓN, hace una serie de afirmaciones que desdicen de su condición de formador, e intentan reafirmar su actitud sindical, toda vez que lo visceral del documento deja a las claras su ausencia de argumentos. En otras palabras, gimotea lo que no es capaz de defender académicamente.
Llama la atención que todavía en la comunidad universitaria no se comprendan sus dinámicas naturales, pues es claro que en el ADN de la tercera misión se concibe la Responsabilidad Social Universitaria, criterio que por ningún lado aparece en el citado documento, en donde la tergiversación y falacias emocionales son su fundamento.
En suma, invito a enfrentar con verdad, dignidad, honor, conocimiento y transparencia, entre otros criterios, las discrepancias frente a propuestas que, sin ambages, fortalecen el desarrollo de nuestra institución pertinente creativa integradora.
LUIS FERNANDO POLANÍA OBANDO
Vicerrector de Extensión y Desarrollo Social