Con el propósito de fortalecer su compromiso con el medio ambiente, la Universidad del Quindío desarrolló una Jornada de Reforestación en la que se sembraron 200 árboles de diferentes especies nativas, en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Árbol el pasado 29 de abril de 2019.
La actividad ambiental, organizada por el Sistema de Gestión Ambiental, el Centro de Estudios de Alta Montaña (Ceam), el Centro de Estudios e Investigaciones en Biodiversidad y Biotecnología (Cibuq), y el Jardín Botánico de nuestra alma mater, se realizó en la zona que bordea el relicto boscoso ´Cedro Rosado´ frente a la pista atlética y cancha de fútbol de la Universidad del Quindío. Esta jornada contó con la participación de 65 estudiantes de diferentes programas académicos, orientados por expertos en el área de la conservación que brindaron acompañamiento en la siembra de especies tales como: nacedero (Trichanthera gigantea), achote (Bixia orellana), jagua (Genipa americana), casco de buey (Bauhinia variegata), cacao (Theobroma cacao) y el guayacán amarillo (Tabebuia Chrysanta).
Uno de los especialistas, el ingeniero civil Javier Salazar Torres, administrador del Ecoparque Peñas Blancas en el corregimiento ´La Virginia´ del municipio de Calarcá, resaltó que el joven estudiante hoy en día es mucho más sensible a la siembra de árboles. “El hecho de deforestar o de tumbar bosques correspondió a nuestros padres, abuelos y generaciones anteriores, ya que ellos lo hacían en respuesta a la necesidad de abrir áreas de cultivo. Hoy en día, lo que necesitamos son áreas de conservación y estos jóvenes entienden que la línea de sembrar es la que aporta y contribuye a la preservación de nuestro entorno”, sostuvo el experto en reforestación.
Junto a su familia, Salazar López se ha dedicado a sembrar árboles a lo largo de 20 años, plantando más de 17 mil unidades de diversas especies en predios pertenecientes al ecoparque. Hoy, esa siembra se constituye es un bosque con una dinámica fundamental, un área natural restaurada donde se percibe el aumento en la biodiversidad en fauna y flora, el fortalecimiento de las fuentes de agua y un correcto uso del suelo para proteger la zona ante posibles deslizamientos.
El “custodio del Ecoparque Peñas Blancas” expresó además que, “un árbol no lo podemos obligar a crecer, simplemente nos damos la oportunidad de sembrarlo, vemos cómo en un instante dado de su proceso de desarrollo, nuestra estatura es mayor a su altura, pero llegará un momento en que nos va a sobrepasar y alcanzará tanta proporción que nos obligará a mirar hacia el infinito y admirar la majestuosidad de la naturaleza. Esto conlleva a una mejora del microclima, el paisaje se enriquece, las aves llegan a engalanar la melodía del entorno con su canto, además de los frutos y todo lo que aporta la biodiversidad”.
“Generar vida para el entorno y mucha más vida para nosotros”, acuñó finalmente.
Por su parte, Yisel Pulgarín, estudiante de décimo semestre del programa de Comunicación Social – Periodismo y participante de jornada de sensibilización ambiental, sostuvo que con estas acciones se contribuye al medio ambiente, a nuestra Universidad, a la fauna, al estado de la tierra y a que la calidad del aire mejore en la ciudad.
“Todos podemos participar voluntariamente de estas actividades de reforestación y conservación de la flora, y sentir que no solo hicimos algo por nosotros, sino por el resto de la comunidad, un bienestar colectivo”, concluyó la futura comunicadora.
Fue espectacular poder haber participado en esta actividad en donde nos vamos a beneficiar toda la naturaleza.
Alejandro muchas gracias por participar en nuestra jornada de reforestación, juntos ayudamos a mejorar la calidad del aire de nuestra ciudad.