Se realizó II Encuentro con Actores Sociales del Proyecto SUS-TER en Uniquindío

Con el objetivo de brindar un espacio de socialización y discusión de los resultados de aprendizaje, las competencias y destrezas relacionadas con el perfi­l del “Dinamizador Territorial”, se cumplió en el auditorio del Jardín Botánico de la Universidad del Quindío el II Encuentro con Actores Sociales del Proyecto SUS-TER, liderado por la Vicerrectoría de Extensión y Desarrollo Social.

Durante la jornada, las cuatro mesas de trabajo instaladas interactuaron entre sí mediante un ejercicio de apropiación para determinar el estado actual del proyecto, que atraviesa su segunda fase de ejecución, y avanzar en el proceso de construcción colectiva del perfil y el rol del llamado Dinamizador Territorial.

Gracias al ejercicio de discusión entre los diferentes actores sociales que participaron del encuentro, la primera mesa de trabajo, enfocada en caracterizar el territorio, logró identificar nuevos elementos en torno a como se desarrolla este propósito, además del conocimiento de otras poblaciones vulnerables presentes (comunidades indígenas y afrocolombianas, madres cabeza de hogar, personas en situación de discapacidad, adultos mayores, entre otros) que forman parte de los elementos de inclusión del Proyecto SUS-TER.

Además, se precisó que lo fundamental es entender que el dinamizador debe ser primero un veedor territorial, actuar como enlace entre las comunidades y los actores que inciden en ellas, hacer escuela en el territorio para encontrar la manera ideal de intervenir, conocerlo a cabalidad para facilitar su desplazamiento y modular el discurso para lograr un acercamiento más amigable, entre otras particularidades a tener presentes a la hora de realizar su labor.

Asimismo, se debe considerar el trabajo articulado entre entidades e instituciones, generar una base de datos, someter la información recolectada en campo a un proceso de monitoreo a largo plazo y entender los límites que tiene el territorio desde el carácter legal y de ordenanza, para encontrar la manera de armonizar estos aspectos de acuerdo a las necesidades y los requerimientos locales.

Por su parte, la segunda mesa, orientada a conectar actores y territorio, producto de la experticia de los involucrados, se pudo evidenciar que en el trabajo realizado se han presentado múltiples formas de relacionar y dinamizar los elementos presentes y hallar algunos que se ignoraban hasta el momento.

En ese sentido, el dinamizador debe incluir una formación en términos de gobernanza y gobernabilidad, así como ser capaz de trabajar con personas analfabetas (aquellas que no están tituladas pero que poseen un vasto conocimiento sobre el territorio), generar confianza a través de la realización de proyectos que impacten de manera positiva a las comunidades y fortalecer la formación en política pública para crear una voluntad política en la defensa del territorio.

De igual manera, en la tercera mesa, encargada de promover el territorio, se concluyó que los elementos de marketing territorial generan una discusión muy fuerte, pues en nuestro contexto el término marketing tiene sentidos economicistas y mecanicistas, razón por la cual se plantean aspectos para la venta del territorio, algo que los actores sociales rechazan contundentemente.

En cuanto a temas de marketing y visibilización internacional, se encontró en la socialización la necesidad de propiciar políticas públicas que defiendan la producción nacional y regular las actividades en cuanto a los mercados externos, ya que se está disminuyendo la capacidad productiva de los actores locales. También, implementar una marca común con la capacidad de abarcar todos los productos y sistemas de producción de bienes y servicios que se desarrollan, logrando un mayor impacto en el exterior y fortaleciendo los procesos de producción locales; así como trabajar con los mercados locales en términos de competitividad para una competencia justa y sana, e implementar un lenguaje de marketing que involucre y sea entendido por todos.

Finalmente, en la cuarta mesa, asociada a gestionar el proceso de valoración del territorio, el foco se centra en la capacidad que tiene el territorio para organizar y activar sus procesos de gobernanza. Aquí, el dinamizador territorial tiene que ser un líder con carisma y empatía que piense siempre en el bien común, permitiendo el desarrollo de la solidaridad desde la pasión, el amor y la posibilidad de generar soberanía. Es necesario hacer una lectura interpretativa de los procesos de investigación que se dan en el territorio, poseer competencias y habilidades para la lectura de cartas estadísticas sectoriales si están presentes, de lo contrario, saberlas implementar; y tener en cuenta la construcción y generación de indicadores.

“Este fue un espacio muy interesante, lograr abrir caminos de discusión y crítica constructiva entre los actores sociales, genera toda una posibilidad de construcción en torno a la dinamización territorial, a como la academia debe articularse en su territorio, lograr una comunicación sólida con los actores y poder pensar en un territorio sustentable”, afirmó Janneth Molina, líder científica del Proyecto SUS-TER en la Universidad del Quindío.

Esta segunda experiencia de Encuentros SUS-TER en la Uniquindío brindó mayor motivación a los participantes para continuar en la construcción del perfil del dinamizador, el cual debe involucrar a todos los actores presentes en el territorio. Igualmente, la academia debe ser el medio que permita la asociación entre el territorio, los actores sociales y las instituciones.

La líder científica del Proyecto agradeció la participación de las instituciones públicas en el ejercicio, refiriéndose a la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ), la Alcaldía Municipal de Calarcá y Quindío Competitivo, las cuales, desde la óptica del sector público y territorial, permitieron evidenciar otras propuestas pertinentes dignas de incluir en el proyecto.

En ese aspecto, Néstor Jaime Ocampo, uno de los actores sociales, explicó que un dinamizador territorial es aquel que posee los conocimientos, las capacidades y las relaciones para poder cumplir un papel en un determinado territorio, generando movimiento de masas, obteniendo información fácilmente y tomar decisiones precisas.

“Si el objetivo es promover la región como un producto económico, una mercancía a nivel nacional o internacional, se necesita poseer ciertas habilidades en conocimiento del mercado, sociología, administración, gestión pública y gozar de cierta simpatía. Por el contrario, si se trata de convertir el territorio en un lugar para la vida, que parta de la preocupación por la gente, permita desarrollar a fondo sus potencialidades como seres humanos, satisfacer sus necesidades físicas y espirituales, lograr cierto nivel de felicidad y atender sus preocupaciones, se tendría que hablar de una persona que sea de la región, que conozca su historia, que posea lazos familiares, filiales o fraternales con la gente, con noción en sociología, psicología, con alguna formación filosófica, conocedor de la naturaleza, de las problemáticas sociales y ambientales del mundo de hoy y, por supuesto, gozar de excelentes habilidades comunicativas”, explicó el ambientalista oriundo de Calarcá.

A su turno, Luis Enrique Obando, actor social y representante legal de la Asociación de Cafés Especiales Cordillera Salento, enfatizó que lo fundamental es que el dinamizador posea la capacidad de llegar más fácilmente al individuo que se encuentra en el territorio, persuadirlo sin mayor dificultad a través de una buena comunicación, sustrayendo los conocimientos mediante el soporte de la academia.

En contraste, Carolina Betancourt Restrepo, egresada de Trabajo Social de Uniquindío y funcionaria de la Alcaldía Municipal de Calarcá, señaló que para dinamizar el territorio no se requiere contar con una profesión necesariamente, pues el conocimiento para integrarse a estos procesos puede ser empírico o adquirido en alguna institución en cualquier campo de acción. “Esto debe ser algo holístico para construir desde diferentes áreas del conocimiento un proceso de cambio necesario para el crecimiento y el enriquecimiento del territorio que soñamos”, acuñó la funcionaria.

Dicho lo anterior, dinamizar los territorios significa reconocer y potenciar aquellos rasgos locales diferenciadores que los caracterizan en lo concerniente al patrimonio cultural, la biodiversidad y los productos de origen, con el fin de implementar procesos de formación integral que atiendan la complejidad que representa articular estos tres aspectos.

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