Con el fin de discutir las perspectivas y consecuencias globales del cambio climático y para contribuir a la construcción, desde lo local y lo individual, de alternativas que permitan la mitigación y la adaptación a este fenómeno preocupante que ha llegado para quedarse, visitó la Universidad del Quindío una de las más reconocidas especialistas mundiales en el tema.
La Dra. Lindsay Stringer, proveniente de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, es integrante del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, mejor conocido como IPCC, por su sigla en inglés, fue invitada por el Centro de Estudios de Alta Montaña que funciona en la Universidad del Quindío, bajo la coordinación del investigador en Mastozoología y temas ambientales, Hugo Mantilla Meluk.
Stringer, que se ha hecho acreedora a importantes reconocimientos como el premio Wolfson al Mérito, de la Royal Society, en el 2017 y, en el 2013, al premio Philip Leverhulme, por sus aportes a la reflexión sobre cambio ambiental y desarrollo sostenible en las tierras secas; a los que se suma el otorgado como Women of Achievement Award, en 2015, habló ante un auditorio colmado de personas de diferentes campos del conocimiento, acerca de los desafíos y posibles soluciones para los graves problemas que afrontan los sistemas socioecológicos en el mundo, de cara a su sostenibilidad.
“De los bosques a los pastizales”
En su intervención, la Dra. Lindsay Stringer destacó la importancia de la circulación del conocimiento y la información validada sobre temas de cambio climático, adaptación y mitigación, entre las comunidades y el mundo académico, expertos y no expertos. Se refirió particularmente a tres proyectos en los que interviene en diferentes lugares del mundo. El primero de ellos en Somalia, África, frente a la degradación de los suelos a la que se debe hacer frente con procesos de reforestación que permitan, entre otras cosas, proteger la seguridad alimentaria; el segundo, en Vietnam, donde se analiza el impacto del cambio climático en los manglares y un tercero relacionado con el cultivo de palma de aceite, el cual afecta las turberas (un tipo de humedal ácido en el cual se ha acumulado materia orgánica en forma de turba), en Sumatra.
Ser curiosos, preguntarnos y responsabilizarnos frente al consumo indiscriminado de productos que no sabemos de dónde provienen y que demandan gastos en agua y recursos naturales no renovables, fue una propuesta que tanto Stringer como Meluk presentaron a los asistentes. Sumado a ello, se recordó en la conferencia la necesidad de ser consecuentes con la complejidad de la naturaleza, asumiéndola como un sistema interconectado y no como una simple fuente de recursos, aparentemente inagotables. Adicionalmente, se resaltó la importancia prioritaria de contar con información oportuna sobre los cambios hidrometeorológicos, desde las plataformas de servicios climáticos. Si sabemos cómo utilizar esta información, sin duda se dará un paso adelante en posibles soluciones.
En referencia a lo que puede ser aplicado al departamento del Quindío, la invitada se refirió, después de su conferencia, a los impactos del cambio climático en la agricultura en todo el mundo, un tema que involucra diversas experticias. Señaló que lo más importante es contar con un análisis de riesgos que permita identificar qué es lo más vulnerable, por ejemplo, si se deben reemplazar cultivos tradicionales en los pisos térmicos impactados por el cambio climático por otros más resistentes a la variabilidad y a las plagas que los amenazan por los mismos cambios de temperatura. Igualmente, planteó la posibilidad de establecer planes de manejo, propagación de especies de sombrío o siembra de semillas resistentes, que responden muy bien a la radiación solar. Aclaró que aún no conoce bien el territorio cafetero por lo cual no hace sugerencias puntuales.
La investigadora afirmó en entrevista con los medios de comunicación locales que, en cuanto a la construcción de grandes hidroeléctricas como Hidroituango, en Colombia, aunque se trate de proyectos bien intencionados y cuyos efectos en el pasado no se considerarán con el enorme impacto que tienen sobre la complejidad ecosistémica aguas abajo, hoy día se sabe de sus impactos en el delicado sistema de la vida. En este sentido, es preciso analizar la relación costo-beneficio de aquello que estamos haciendo con la naturaleza, con el fin de lograr mejores respuestas a los retos socioambientales.
Hay que precisar que los escenarios problemáticos del cambio climático son semejantes en todo el mundo, haciendo la necesaria diferencia frente a las singularidades ambientales y sociales de cada territorio y cada cultura, es por esto que su estudio sirve para medir prioridades y acciones en diferentes lugares del planeta. En cuanto a la participación humana en el cambio climático global o a las causas naturales del mismo -un tema sobre el cual existe una amplia controversia- la Dra. Stringer afirmó que la evidencia con la que se cuenta muestra cómo la participación humana ha sido definitiva.
Centro de Estudios de Alta Montaña
En el marco de esta conferencia internacional sobre cambio climático, el investigador Hugo Mantilla Meluk se refirió al trabajo adelantado por el Centro de Estudios de Alta Montaña y reseñó el reconocimiento que este organismo académico, vinculado a la Universidad del Quindío, obtuvo de parte de la Alianza de las Montañas de FAO, como la iniciativa más promisoria en temas de montaña en el 2017, año de su creación. Cabe señalar que la Universidad del Quindío ha participado de manera activa, a través del Centro, en la formulación e implementación de la primera acción sobre cambio climático en el departamento.
Aseguró el investigador uniquindiano que este fenómeno global es mucho más grave de lo que se ha contemplado y que está ocurriendo más rápido de lo esperado. “Lo que viene es difícil y va a afectar a toda la humanidad”, aseguró. Igualmente agregó que, en un comienzo, cuando se revelaron las primeras evidencias científicas sobre el fenómeno, se pensó en la posibilidad de generar procesos de mitigación, con la reducción de emisiones a la atmósfera, pero, evidentemente, esto no fue suficiente. Hoy, según Mantilla Meluk, es necesario actuar en los dos frentes, el de la mitigación y el de adaptación a estas nuevas y extremas condiciones climáticas del planeta. Muchos de estos efectos ya son irreversibles, puntualizó.
Mantilla Meluk dio cierre a este importante evento conferencial mencionando la emergencia que enfrentó Armenia por la contaminación del agua en días pasados y recordó cómo esta situación y sus consecuencias, deben ponernos en alerta sobre lo que podría pasar con el cambio climático en el futuro próximo, a nivel local, algo sobre lo cual ya existen predicciones para nada alentadoras.
“En cualquier conflicto le cabe mayor responsabilidad al que mejor entiende” fue el epílogo que Hugo Mantilla Meluk planteó al auditorio, citando a su padre, con el fin de actualizar la responsabilidad que le cabe a la academia, como productora de conocimiento validado para la toma de decisiones y de la formación de las futuras generaciones orientada a la preservación de la vida en todas sus formas.
Por: Alejandro Herrera Uribe
Profesor Universidad del Quindío