La Universidad del Quindío como institución de educación superior pública, cuya misión es formar seres integrales con capacidad crítica, pero a su vez conscientes del valor del diálogo reflexivo, no puede estar sino en desacuerdo con las medidas de hecho adoptadas por algunos estudiantes al interior del alma máter y es deber de sus directivas denunciar cualquier acción que, maquillada con los vivos colores de la protesta social, solo busca el oscurecimiento de la gestión administrativa y la desestabilización institucional, partir de un comportamiento anárquico soportado en gran medida por el odio visceral y la animadversión hacia quienes desde la claridad del trabajo la han puesto en lugares de privilegio que hoy se quieren desconocer.

