CEPAS Uniquindío e ICBF promueven procesos de prevención en Tolima y Risaralda

El Centro de Estudios y Prácticas Académicas y Sociales, CEPAS, adscrito a la Vicerrectoría de Extensión y Desarrollo Social, continúa contribuyendo al fortalecimiento y la ampliación de cobertura de procesos orientados al desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes entre los 6 y 17 años, 11 meses y 29 días de edad, demostrando con ello el poder de transformación social de la Tercera Misión Universitaria al interior de las comunidades más vulnerables, en alianza con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF.

Con tal propósito, los profesionales uniquindianos, orientadores de procesos pedagógicos y sociales, han llegado a los departamentos de Tolima y Risaralda, a fin de dinamizar las potencialidades y habilidades de esta población joven que se constituye en el presente y el futuro de sus comunidades.

“Sacúdete”, una generación que se libera a través del desarrollo de sus competencias

En la Zona 2 del departamento del Tolima, delimitada para este programa de formación integral, la Universidad del Quindío, a través del CEPAS, hace presencia con el proyecto denominado “Generaciones Sacúdete”, brindando 1075 cupos, en las modalidades “Tradicional” y “Rural”, distribuidos, diferencialmente, en los municipios de Suarez, Espinal, Melgar, Carmen de Apicalá, Armero Guayabal, Ambalema, Anzoátegui, Santa Isabel, Venadillo, Líbano, Murillo, Honda, Fresno y Herveo.

El programa “Sacúdete”, desarrollado también en conjunto con el ICBF, busca contribuir al desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes de las edades mencionadas, fortaleciendo en ellos y sus familias, habilidades, capacidades y conocimientos para el ejercicio de sus derechos, la prevención de riesgos y vulneraciones, así como para la potenciación de sus vocaciones, intereses y talentos, en la construcción de su proyecto de vida, a través de la implementación del programa Generaciones 2.0”.

Enfoque diferencial

Cabe destacar que las acciones antes mencionadas se enmarcan en la Política de Infancia y Adolescencia 2018- 2030, en atención a sus principios y enfoques: “los derechos humanos y la doctrina de la protección integral, el modelo de perspectiva diferencial y de derechos, y el enfoque de desarrollo humano y de curso de vida”.

Es preciso aclarar que, desde la perspectiva técnico-operativa, se definen tres grupos de edad para la atención: el primero, denominado “Explorando”, que se orienta a niñas y niños entre los 6 y los 9 años de edad; el segundo, “Profundizando”, para niñas y niños entre los 10 y los 13 años, y el tercero, conocido como “Construyendo e incidiendo”, dirigido a adolescentes entre los 14 y los 17 años, cada uno de ellos en correspondencia con los niveles de desarrollo individual y al momento de aprendizaje de los participantes.

Es importante anotar que, excepcionalmente (en áreas rurales), se han conformado grupos mixtos de 6 a 13 años (“Explorando”) y de 10 a 17 años (“Construyendo e incidiendo”), en cada uno de los cuales se hace énfasis en abordajes metodológicos diferenciales, con el fin de responder a sus intereses y momentos del desarrollo particular.

Según sus coordinadores, “el proyecto se desarrolla desde un enfoque diferencial que permite reconocer las divergencias sociales, culturales e históricas de los sujetos individuales y colectivos, teniendo en cuenta sus condiciones constitutivas de: edad, pertenencia étnica, discapacidad, orientación sexual, así como condiciones sociales, económicas, políticas y religiosas; afectaciones relacionadas con la violencia social y política, ubicación geográfica o situaciones legales”

Gracias a esta perspectiva se logran reconocer las particularidades de niñas, niños, y adolescentes, en conjunto con sus familias, estableciendo las condiciones o situaciones de sus entornos y desde ahí, planteando, diseñando e implementando, las acciones afirmativas, específicas y diferenciales pertinentes.

“Con mi cuento, cuentas”: la crónica como dispositivo narrativo para la mitigación del reclutamiento

Desarrollado en el departamento de Risaralda con niñas, niños y adolescentes entre los 6 y 17 años, 11 meses y 29 días, con o sin discapacidad; pertenecientes o no a grupos étnicos; con orientación sexual y de género diversa o no;  escolarizados y sin escolaridad, en riesgo o situación de vulneración de sus derechos, este programa busca promover acciones masivas de alto impacto social en prevención de riesgos específicos de reclutamiento, violencia sexual y utilización, ejercidos sobre estas poblaciones por parte de grupos armados y delincuenciales organizados.

Su objetivo es articular experiencias, desde la cotidianidad de los participantes, a través de la construcción de crónicas que fomenten el aprendizaje cooperativo con enfoque territorial, dando prioridad a niños, niñas, adolescentes y jóvenes como sujetos titulares de derechos, mientras se fortalece la familia y la red vincular, en dirección a la construcción de herramientas que los fortalezcan como sistema, para mitigar y prevenir el reclutamiento.

La estrategia “Con mi cuento, cuentas”, promueve la participación y movilización social, en la búsqueda de fomentar los derechos y garantías de niños, niñas y adolescentes y el fortalecimiento familiar, social y comunitario, con el fin de dar respuesta a las necesidades de los territorios, desde una atención que incentive factores protectores y mitigue los de riesgo, específicamente en lo referente al reclutamiento por grupos armados, en este departamento al que llega la Universidad del Quindío, como una luz de esperanza.

Esta estrategia se desarrolla en 4 ejes temáticos con 8 módulos estructurados para el reconocimiento del contexto, la promoción de los derechos, el afianzamiento de los valores y la construcción de entornos protectores. El programa contempla realizar dos encuentros semanales en cada territorio, articulando la academia y las comunidades locales, cuyos integrantes, a través de proceso de empoderamiento social, elaboran imaginarios que parten de las experiencias y vivencias adquiridas, con el fin de construir caminos de solución y afrontamiento que permitan la prevención de situaciones de reclutamiento, por parte de las fuerzas ilegales, antes citadas.

La metodología que se implementa en la estrategia es de carácter participativo-reflexivo, lo que facilita involucrar a las comunidades a través del intercambio de experiencias y reflexiones, mediante las cuales los participantes construyen la alternativa guiados por el facilitador, quien conoce la particularidad del territorio y encamina la reflexión, para evidenciar aportes que van más allá de lo contemplativo o receptivo por parte de los copartícipes y retoma un sentido emocional que permitirá hacer un recorrido hasta lo racional, logrando la exteriorización del pensar y el sentir de los participantes, siguiendo el objetivo principal de promover el diálogo crítico y creativo, propiciando la reflexión la participación y el desarrollo de sus capacidades. (ICBF, 2012).

Por: Alejandro Herrera Uribe
Apropiación Social del Conocimiento

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